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Gastronomika se adentra en el corazón de San Sebastián
El congreso celebra una cena histórica en la sociedad Gaztelubide de la Parte Vieja en la que se abrazan la cocina tradicional vasca y la portuguesa.
El lema ‘Ciudad abierta’ ha sido el elegido por la organización de San Sebastian Gastronomika - Euskadi Basque Country para esta 26ª edición del congreso gastronómico donostiarra. Y se ha llevado a rajatabla, buscando expandir por toda la ciudad y el territorio el clima de innovación, pasión e intercambio de conocimiento que ha tenido lugar en el Kursaal.
Esa voluntad de hacer partícipe a la capital guipuzcoana de lo que sucedía en el interior del palacio de congresos alcanzó su cénit la noche del martes, con una cena tan novedosa como enriquecedora en la sociedad Gaztelubide de la Parte Vieja. Un emplazamiento ideal para una cita histórica en la que dos cocinas como la vasca y la portuguesa se abrazaron en esta ocasión para disfrute de los más de medio centenar de asistentes que se dio cita en el corazón de la ciudad.
No era una cena que buscara únicamente la excelencia culinaria, que se logró; sino que, en esta ocasión, el mensaje era más valioso que el contenido. Conocer la historia de las sociedades, la influencia y relevancia que han tenido y tienen en la sociedad donostiarra, el concepto de unirse y socializar en torno a una mesa y con la gastronomía como excusa... eran muchos los motivos que merecían ser contados y que quedaron más que explicados a lo largo de una velada que apunta a consagrarse en el congreso.
Como anfitriones del evento estuvieron el incansable presidente de Gaztelubide José Ramón Mendizabal, Juanma Garmendia y Fernando San Martín, siendo este último el encargado de explicar qué significa una sociedad para los guipuzcoanos y donostiarras: «Para nosotros es un lugar de encuentro, de amistad. Además, las sociedades han tenido mucha importancia en lo gastronómico, no tanto por lo que se cocina, sino por el hecho de mantener el interés por seguir cocinando».
Entre los invitados no faltaron algunos de los miembros de la organización, como la exdirectora de San Sebastian Gastronomika, Roser Torras, el actual subdirector de Vocento Gastronomía, Félix Rivadulla, y el chef ejecutivo de Vocento Gastronomía, Jordi Parra, que ejerció de enlace con los cocineros; pero también hubo espacio para congresistas, para periodistas gastronómicos y para todos aquellos que quisieron vivir por un día la esencia de una sociedad.
Pero el reto estaba en los fogones y ahí mostraron su mejor versión Mattin Etxaniz, que defendió con honores la cocina tradicional vasca, y Noélia Jerónimo, que hizo lo propio con la de Portugal, país invitado en esta edición del congreso.
El aperitivo con el que se dio la bienvenida a los invitados y que sirvió para contextualizar el evento tuvo un marcado sabor vasco. Antxoas en salazón, gildas y txistorra fueron los tres entrantes con los que abrieron boca los presentes. Tampoco faltó un aceite ABBAE de Hacienda Queiles que es toda una tentación.
La ‘batalla’ gastronómica continuó con dos propuestas de la chef lusa, quien se decantó por un torricato de salmonete con ceviche de salmonete, un plato que triunfó por su sabor, y un xerem de bacalao con alcachofa, aceitunas y pilpil del bacalao. El conocido como el ‘plato de los pobres’ arrasó por su estilo inconfundible.
Para contrarrestar estas acertadas propuestas, Etxaniz tiró de dos clásicos de la cocina tradicional vasca: merluza en salsa verde con kokotxas y almejas, y un cierre espectacular con una Pantxineta inconfundible.
Todo ello regado con sidra Zapiain Prémium 2023 y Ángeles de Amaren 2019, que fueron el complemento perfecto para una experiencia única