7 CIUDAD ABIERTA la materia prima y con un tratamiento mínimo se pone sobre la mesa un plato tradicional de gran potencial que te traerá esos sabores de la infancia. La cocina tradicional se ha convertido a lo largo de los años en uno de nuestros grandes valores y se puede degustar tanto en la capital como en cualquiera de los restaurantes que aparecen diseminados en los caseríos que pueblan los montes de Gipuzkoa. Los pintxos, ‘made in Donostia’ Pasar tres días en Donostia y no recorrer la Parte Vieja en busca de los pintxos más codiciados es pecado. La cocina en miniatura de los bares de San Sebastián es uno de los grandes estandartes gastronómicos de la ciudad y en las tabernas de la Parte Vieja donostiarra se pueden degustar auténticas obras de arte culinarias. Una parrilla que es historia La parrilla es otra de las grandes señas de identidad de la gastronomía guipuzcoana. No se puede degustar mejor carne que en los asadores de Tolosa y las brasas también marcan la pauta en Orio, donde sus parrilleros preparan un besugo irrepetible. Ídem se puede decir del rodaballo en Getaria. Pero no hace falta acudir a los grandes templos para disfrutar de la excelencia de la parrilla. Hay decenas de asadores que te dejarán con la boca abierta. Esta técnica se domina en Gipuzkoa, se traslada de padres a hijos y por eso el territorio es referente. Las sidrerías: algo diferente Otro de los elementos singulares de la gastronomía guipuzcoana son las sidrerías. Aunque ahora estemos fuera de temporada, siempre encontrarás alguna en la que puedas vivir una experiencia diferente y con tanto arraigo. La sidra al txotx, comer de pie y disfrutar del chorizo, la tortilla de bacalao, el bacalao frito y una buena txuleta para rematar con queso y nueces es una experiencia que merece la pena vivir. A apenas unos kilómetros de la capital guipuzcoana, en Astigarraga, Usurbil, Hernani o Urnieta puedes encontrar un lugar en el que disfrutar de estos singulares ‘restaurantes’. La cultura de las sociedades La gastronomía forma parte de la idiosincrasia del País Vasco. Aquí todo sucede en torno a una mesa y esta costumbre dio lugar al nacimiento de uno de los lugares más peculiares y únicos: las sociedades. Toda San Sebastián aparece salpicada de estos locales en los que los socios tienen derecho a juntarse con los amigos para cocinar, comer y disfrutar de una sobremesa. El Congreso quiere abrir estos lugares a los visitantes y prueba de ello es que una de las sociedades más míticas de la ciudad, Gaztelubide, será el escenario de una de las actividades del congreso. Allí una cocinera portuguesa y otro local prepararán un menú fusión de ambas culturas gastronómicas. Los mercados Cocineros y hosteleros al margen, si hay un sector que es responsable de que la gastronomía guipuzcoana y vasca se encuentren en la cúspide mundial, ese es el sector primario. Nuestros baserritarras y nuestros arrantzales ponen lo mejor de sí mismos para sacar de la tierra y del mar el mejor producto y el reflejo más fiel de todo ese trabajo son nuestros mercados. Ordizia, Tolosa, Zumarraga, La Bretxa o San Martín en Donostia son una explosión de producto de primera calidad que bien merecen una visita. Ordizia se puede visitar los miércoles. Tolosa y Zumarraga los sábados y La Bretxa y San Martín abren a diario. ...y una ciudad abierta al congreso
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